He participado en la segunda edición de TIS – Tourism Innovation Summit 2021. A lo largo de tres días, en mis sesiones hablamos de destinos inteligentes, de cómo enamorar al cliente local y a los mercados emisores, de claves para marcar la diferencia en el negocio hotelero, de lujo y de ultra lujo. Debatimos sobre cómo capitalizar las nuevas oportunidades, de cómo seguir siendo humanos utilizando la tecnología; hablamos de innovación y de sostenibilidad.
Además, en mi keynote Creative Tourism reflexioné sobre la utopía turística y sobre cómo utilizarla de paradigma para diseñar un turismo mejor para nuestro país.
Puedes leer mis reflexiones en el artículo ‘Imaginando la utopía turística’.
He moderado en #TIS2021 diez paneles de expertos en los que hemos definido la nueva forma de ver el lujo en la industria de los viajes y sus nuevos segmentos, hemos debatido sobre cómo equilibrar la atracción del cliente local y el internacional a nuestros hoteles.
Hemos comprobado cómo ser diferentes nos ayuda a posicionarnos entre nuestros targets y cómo conocer los datos que necesitamos para conseguirlo nos ayuda a tomar mejores decisiones, más rápido.
Además, hemos hecho un ejercicio de awareness sobre la necesidad de construir un liderazgo turístico femenino con aquellos atributos que están en nuestro ADN.
La reflexión que quiero compartir contigo es ésta: dejemos de pedir perdón por el modelo turístico que nos ha definido hasta ahora como país y pensemos, más bien, en el modelo o modelos que queremos que nos definan a partir de ahora.
Cuando hablamos de turismo en #España, solemos remarcar – para mal, casi siempre – que nos hemos enfocado en el modelo de sol, playa y fiesta, un modelo que ya no nos define. Ya no nos identificamos con él como nación turística.
Sin embargo, no debemos olvidar que estas son las herramientas con las que hemos construido nuestra industria turística, las que nos han llevado donde estamos y nos han hecho encabezar el ranking de competitividad turística durante tres años seguidos. Por eso, pienso que no tenemos que pedir más veces perdón.
Más bien, miremos más allá. De ahora en adelante debemos determinar dónde queremos posicionarnos turísticamente hablando, en qué liga queremos jugar. A partir de ahora, trabajemos no solo para ser el número uno en competitividad turística, sino el número uno y el mejor, porque no siempre lo uno conlleva lo otro.
La oportunidad está en ver qué queremos hacer ahora y cómo queremos hacerlo en esa nueva definición de España como nación turística. Y actuar, por supuesto. Es momento de hacer.
Puesto que estamos en constante evolución, éste es un gran momento para evolucionar nuestro modelo hacia otro más acorde al viajero o a los mercados a los que queremos seducir, enamorar y atraer.