Iniciar un negocio (en hostelería o en cualquier otro sector), empieza por crear una forma jurídica con la que gestionar una actividad comercial.
Puedes optar por ser autónomo, constituir una SL o SA, las formas más habituales. Es una decisión importante que dependerá básicamente de estos factores:
– Tipo de actividad a desarrollar: la actividad a ejercer puede ser determinante en la elección de la forma jurídica a adoptar en aquellos casos en que la propia normativa aplicable exija una forma concreta.
– Número de socios: el número de promotores o socios que pretenden iniciar la nueva empresa puede condicionar la elección de la forma jurídica, ya que cada tipo de Sociedad exige un número mínimo de socios.
– Responsabilidad: según el tipo de forma jurídica elegida, el promotor asume un grado de responsabilidad diferente. Ésta puede estar limitada al capital aportado o puede ser ilimitada, afectando a todo su patrimonio.
– Capital inicial: determinadas formas jurídicas exigen un capital mínimo para su formalización.
– Obligaciones fiscales: la carga fiscal (IRPF, IVA, e Impuesto sobre Sociedades) que el beneficio empresarial tendrá que soportar varía según la forma jurídica adoptada