Es difícil fidelizar a la clientela, y una de las herramientas a disposición del restaurador son las atenciones y cortesías durante el servicio, un valor añadido “gratuito” que se ofrece en la experiencia global, porque
en los pequeños detalles está la diferencia, y este es un oficio de diferencias
En este post contemplo las “cortesías”, es decir, aquellos productos o servicios que se ofrecen de forma gratuita al cliente en servicios más gastronómicos. Los menús del día o fórmulas no acostumbran a tener este tipo de valor añadido.
Cada establecimiento tiene un modelo de negocio, una filosofía y un target de cliente diferente. Lo digo siempre y no me canso de hacerlo, cada restaurante es una Universo, y no hay dos parecidos. Pero gestionar bien este recurso es importante sea cual sea el modelo, filosía o comensales que se sientan a la mesa.
Ofrecer un snack en el tiempo de espera previo al servicio de los primeros platos es una buena idea para mantener al cliente entretenido y “abrirle el apetito”, preparar sus sentidos para disfrutar de los platos. Mi consejo es huir de los típicos tópicos de aceitunas o taquitos… (idea: las mermas preparadas en forma de snack o los productos gourmet son muy buenas opciones.)
Y terminar el servicio con unos petit fours o unos digestivos que acompañen al servicio de café, es otra forma habitual de agradecer la visita del cliente, dándole un valor añadido. Los italianos son los reyes del chupito de grapa o limoncelo