Piensa en las grandes compañías turísticas. Las que tienen y han tenido más éxito a lo largo de los años. Piensa en Meliá, en Barceló, en Marriot, en Ritz-Carlton. Más allá del core de cada una de ellas o de los diferentes targets a los que se dirigen, del número de propiedades que gestionan o de la cuenta de resultados anual en positivo, lo que une a todo negocio exitoso, en el sector que sea, es que ha sido capaz de construir un modelo de negocio sólido y perdurable en el tiempo.
Diseñar un modelo de negocio sólido, convertir una idea abstracta en modelo de negocio tangible, es en realidad una pregunta clave en el proceso. Para responderla y avanzar, yo tengo el Modelo OPI y en las próximas semanas lo compartiré contigo en una serie de artículos que te recomiendo no perderte. Empecemos por el principio, definiendo qué es el Modelo OPI y cómo funciona.
El Modelo OPI
El Modelo OPI es una herramienta sencilla que define las tres piezas fundamentales sobre las que debe basarse un modelo de negocio para ser sólido, también desde el punto de vista del impacto positivo. La utilidad de este marco de trabajo es que nos ayuda a entender cómo podemos pasar de un concepto, de una idea abstracta, a un verdadero modelo de negocio.
Para trasladar la idea a un modelo tangible, el método que he diseñado plantea tres piezas, que tienen que encajar para que un modelo de negocio sea sólido y esté orientado al impacto positivo.
Son tres piezas muy sencillas. Si no encajan, el modelo en el que plasmaremos nuestra idea no será sostenible desde el punto de vista del negocio. Antes de avanzar, un pequeño recordatorio: un modelo de negocio tiene debe ser sostenible, entendiendo sostenibilidad como rentabilidad en un sentido amplio, no solo económica. Por eso se llama modelo de negocio. Emprendemos, creamos empresas, las dirigimos, para generar una rentabilidad económica que permita que ese negocio alcance sus objetivos financieros. Y para conseguir otro tipo de objetivos orientados al impacto positivo en nuestros stakeholders.
El Modelo OPI no busca únicamente la sostenibilidad financiera, que es un objetivo claro, sino una sostenibilidad de negocio a partir de una relación sana con tus stakeholders (proveedores, clientes, competencia o, mejor dicho: coopetencia…). Para ello es necesario que cualquier acción, decisión, estrategia puesta en marcha en el negocio sea coherente con las tres piezas a partir de las que lo hemos diseñado.
Por eso, el Modelo OPI es mucho más que una hoja de ruta para construir modelos de negocio sólidos, sostenibles y de impacto positivo: es el cristal en el que el negocio puede mirarse para no desviarse de su camino… ni de sus verdaderos objetivos.
Primera pieza: La pieza O
La primera pieza del Modelo OPI es la pieza O. La O responde a la Oferta. Al producto, servicio o ambos por los que pagará el cliente y que recogen de forma tangible, medible y monetizable nuestra propuesta de valor. En este punto debemos plantearnos cómo debemos entender la oferta para ir construyendo este Modelo OPI, porque la forma de aterrizar la oferta determinará el propio desarrollo del modelo de negocio.
Segunda Pieza: La pieza P
La pieza P pertenece a Personas. En nuestra industria, nosotros somos tanto clientes como actores activos que formamos parte de esta cadena de valor. Al cliente de nuestra industria no le gusta sentirse cliente, es decir: no le gusta sentirse sujeto económico. A ninguno de nosotros nos gusta. Lo que nos gusta es sentirnos personas. Por eso la segunda pieza nos habla de personas en el Modelo OPI, no de clientes.
Muchas veces, cuando hablamos de clientes, deshumanizamos a las personas que vienen a nuestros establecimientos a disfrutar de nuestros productos y servicios. Se vuelven datos, estadísticas. Hablar de cliente, tratar con clientes y no con personas, deshumaniza. El de persona me parece un concepto mucho más cercano a lo que todos somos y al objetivo de esta industria, que es generar modelos de negocio que hagan felices a las personas cubriendo sus necesidades, colmando aspiraciones y deseos.
No hacemos felices a clientes, hacemos felices a personas. Y el Modelo OPI lo tiene muy en cuenta.
Tercera pieza: La pieza I
Finalmente, en el acrónimo de este Modelo OPI, la I representa a la infraestructura necesaria para convertir cualquier idea abstracta en un modelo de negocio sólido y sostenible, orientado además al impacto positivo. A mi modo de ver, la infraestructura de un modelo de negocio consta de tres partes: las actividades clave, los recursos clave y las alianzas clave.
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En las próximas semanas trabajaremos sobre el Modelo OPI y aprenderemos cómo construir modelos de negocio sólidos, sostenibles y orientados al impacto positivo. Porque si de verdad queremos transformar nuestra industria, hacerlo desde la raíz es la forma de asegurarnos de que en verdad la movemos.
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