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No es el cómo: es el por qué

Simon Sinek habla en El Círculo de Oro del por qué. Sinek considera que el planteamiento de empezar a contar los proyectos por el cómo – un planteamiento que seguimos habitualmente las personas, las empresas y las organizaciones – es erróneo. Él propone empezar por el por qué. Es así como ponemos el foco en el impacto positivo

Si no utilizáramos su marco de pensamiento, diríamos que en España vendemos vacaciones. A mí me gustaría transformar esa frase en una frase más de círculo de oro y decir que, porque creemos en un mundo mejor, con el impacto positivo de nuestra actividad, somos capaces de hacer feliz a la gente. Y porque sabemos que podemos dar ese momento de felicidad, construimos experiencia y tenemos siempre los brazos abiertos como país. 

Este artículo va de eso: de poner el foco en el por qué en lugar de en el cómo y aplicar cinco herramientas hacia el impacto positivo. 

Share vs. Stake

Howard Schultz, CEO de Starbucks, ponía una silla vacía en las reuniones del consejo de administración. Era lo que él llamaba la silla del cliente. Él ponía una silla vacía porque pensaba que el cliente, como stakeholder, también debía sentarse en el consejo de administración

He querido empezar contándote esta anécdota porque ilustra muy bien un cambio muy importante que se está dando últimamente en la filosofía empresarial. 

Históricamente, las empresas se han guiado por los intereses de sus shareholders, es decir: los intereses de aquellas personas que habían invertido capital económico. 

Sin embargo, el tiempo nos ha ido enseñando que poner el foco únicamente en quien tiene intereses económicos en la empresa no es el más adecuado para alcanzar los objetivos, muy especialmente cuando estos se diversifican y ya no son solo económicos. Porque el shareholder no es el que nos lleva a generar impactos positivos. Cuando cambiamos la visión del shareholder al stakeholder, es decir, centramos el foco en aquellos grupos de interés que forman el ecosistema en el que se mueve nuestra empresa (proveedores, clientes, competencia, instituciones públicas) más allá del interés económico, cuando extendemos la mirada de una forma mucho más holística e incluimos a todos los grupos de interés, también a las comunidades locales en las que desarrollamos nuestra actividad, es cuando empezamos a generar impactos positivos

Generamos impactos positivos cuando empezamos a co-crear con el proveedor, no a definir precios. Cuando empezamos a colaborar con la competencia y a considerarla coopetencia. Cuando pensamos en cómo podemos ayudarnos para mejorar. Cuando nos preguntamos cuáles son las nuevas necesidades y qué más podemos hacer para darles respuesta. Cuando somos, gracias a la colaboración de todos, quien ofrece la propuesta de valor que satisface esas necesidades. Es cuando entendemos el valor del stakeholder vs. el valor del shareholder, cuando entendemos la importancia de dar valor a todos los grupos de interés que forman el ecosistema de nuestra empresa, que empezamos a generar impacto positivo. 

Y cuando empezamos a generar impacto positivo es cuando empezamos a cambiar las cosas. Es cuando empezamos a cambiar a las personas, cuando cambiamos las organizaciones y cuando por ende cambiamos el mundo. 

Las cualidades siamesas

Michael Porter, uno de los padres de la estrategia, decía que la diferenciación es la clave para la excelencia. Si eres igual que los demás, no esperes que nadie necesite tu propuesta de valor, ni se enamore de ella, ni se fidelice. Sin embargo, la diferenciación es en realidad una trampa porque diferenciarse no es suficiente. 

La diferenciación no sirve de absolutamente nada si, además de diferente, tu propuesta de valor no es excelente. 

Michael Porter nos enseñó que las empresas y las industrias son como un gran tablero de juego, cada una con sus normas. Lo que tienen en común es que, en la mayoría de industrias, es la diferenciación la que permite destacarse. A esa diferenciación hoy hay que sumar la excelencia. Son cualidades siamesas. Una sin la otra no sirven para nada.

Cuestión de relato

El relato que contamos, lo que decimos de nosotros mismos cuando nos vamos a vender fuera, los estereotipos de destino que creamos, conforman aquello que nos define y nos marca como sociedad. En turismo, el relato genera marca país. Ese relato que construimos a través de la identidad de todo lo que hacemos. Cuando hablamos de impacto positivo del turismo, el relato juega un papel fundamental y la importancia del storytelling que construimos es inmensamente grande. 

La construcción de nuestra identidad (entendida como nuestro lifestyle y los productos que derivan de él) supone una oportunidad para generar impacto positivo mediante el relato.

Por eso debemos poner la vista en esta identidad y en la forma en que expresamos esa identidad al mundo. Trabajemos esa identidad de modo que podamos plasmarla para proyectar lo que queremos ser como país.

Arriesgar para tener oportunidad de ganar 

Seré clara: el que no arriesga no consigue absolutamente nada. Especialmente cuando hablamos de innovación, porque el riesgo va implícito en ella. Innovar no es nada más – ni nada menos – que   apostar por una hipótesis. Eso es el riesgo: la apuesta por una hipótesis. Lo que creemos y que queremos alcanzar es innovación, hacer las cosas diferente y también hacer cosas nuevas. 

En esta forma de entender la innovación, estamos apostando a algo que creemos que va a ser exitoso. Si no arriesgamos, no innovamos. Es el pez que se muerde la cola. 

Necesitamos arriesgarnos para posicionar mejor que nuestra competencia, pero eso sí: sin perder esa diferenciación y excelencia, sin perder esa identidad. Lo podemos hacer tomando la solución histórica – dándole valor a nuestros shareholders – o podemos hacer un acto de reflexión y pensar en esos grupos de interés del ecosistema empresarial – más allá de los económicos – a los que podemos generar impactos positivos. 

Cooperemos, co-creemos, innovemos, arriesguemos. Ahí fuera la batalla es dura. Compartamos los éxitos para aprender los unos de los otros y entendamos que no es la competencia lo que nos hace fuertes, sino la coopetencia. 

Liderar el impacto positivo

Si queremos liderar la transformación de nuestra industria turística con un enfoque de impacto positivo, es momento de recopilar la experiencia que tenemos de tantos años y aplicar liderazgo estratégico en seguir siendo los número 1. 

Es momento de concebir todo un ecosistema trabajando no únicamente para la prosperidad económica del país, sino estratégicamente para el impacto positivo de todas las personas, de nuestra sociedad y en el mundo. 

Marquémonos como objetivo ser los mejores generando impactos positivos. Ser pioneros en impacto positivo, como lo hemos sido tantas veces en otros aspectos del turismo. Vamos a diferenciarnos, a trabajar en esta diferenciación con excelencia. Llevamos décadas abriendo destinos, creando productos nuevos: sigamos siendo los mejores del mundo, ahora con este nuevo enfoque hacia el impacto positivo que nos dará de nuevo la diferenciación que buscamos.

Nuestro liderazgo estratégico es pionero, gracias a todos los que cada día nos levantamos y queremos que sigan siendo la industria de las personas y de la felicidad. 


Tenemos varias citas, apunta:

  • En mi canal de podcast, para hablar de Turismo, Hospitalidad & Hostelería desde una perspectiva de felicidad. 
  • En mi canal de youtube, para mostrarte diferentes puntos de vista con grandes profesionales. 
  • En Prensa y Actividades, para compartir contigo mis entrevistas y eventos en los que participo. 

Y si quieres que colaboremos juntos – charla/masterclass/mesa redonda en tu evento online (digital) u onsite (presencial) – te invito a contarme lo que necesitas aquí. 

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