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Jorge Blass: “Un fan lo perdona prácticamente todo y esa es una lección que las empresas deben aprender del show business: a convertir clientes en fans”

Ahora más que nunca necesitamos creer en nuestra magia, creer en lo que hacemos en cualquier disciplina a la que nos dediquemos. Tú tienes que ser tu primer motor, tu primer ilusionado.

Jorge Blass, ilusionista & empresario

Jorge Blass es uno de los ilusionistas más reputados a nivel internacional. Ha colaborado en infinidad de programas de entretenimiento, hasta presentar y dirigir tres temporadas de su propio show de TV, ‘Nada x aquí’ (Cuatro). Gracias a sus espectáculos en directo, ha recibido alguno de los más prestigiosos galardones internacionales, como la Varita Mágica de Oro y el Premio Siegfried and Roy en Las Vegas. Ha participado en el programa de televisión estadounidense ‘Masters of Illusion’, de la cadena FOX, así como se ha subido al escenario del Kodak Theater en Los Ángeles y ha participado en la Exposición Universal de Shanghái. Su magia ha cautivado a iconos del ilusionismo como David Copperfield o Penn & Teller.

En los últimos 10 años, numerosas empresas han confiado el éxito de sus eventos a su productora. Para ellas ha diseñado espectáculos y conferencias que trasladan los principios de la magia al mundo empresarial. Estos espectáculos han influido e inspirando a personas de todo el planeta, iniciándolas en el apasionante mundo de los magos con un objetivo: aprender a pensar como ilusionistas. En la receta para la recuperación, una buena dosis de ilusión nos irá fenomenal. Y quién mejor que uno de los mejores ilusionistas del mundo para ayudarnos a medir la cantidad adecuada.

Siempre con mentalidad de aprendiz y abriendo los oídos para escuchar al público, Jorge ha conseguido pivotar al virtual un modelo de negocio eminentemente presencial como es el de la magia, aprovechando al máximo todas y cada una de las oportunidades que la pandemia ha traído. Con él hablo de show business y estrategia empresarial, de liderazgo y de cómo llegar a la excelencia por un camino alternativo, y definimos los cuatro súper poderes de la magia que le vendrían muy bien a cualquier líder de cualquier empresa. ¡Abracadabra!

EB: Hay una parte de tu trabajo súper interesante, que es la parte que le dedicas a la empresa, a eventos profesionales. ¿Qué tiene la magia que es aplicable a cómo hacemos negocios?

La magia tiene una capacidad increíble y es que genera la sorpresa, genera el asombro. El público que lo disfruta en directo no lo olvida, es un tipo de arte escénico que es muy memorable y se evoca mucho tiempo después de haberlo vivido. Eso para las empresas es sin duda un valor muy importante. En mis actuaciones corporativas me centro en transmitir algunos conceptos que hay en la magia y que son muy útiles en el mundo de la empresa.

Los magos jugamos con esa sorpresa. Un mago tiene que dejarte siempre con la boca abierta, con una sensación de haber visto algo que parece imposible pero está delante de tu vista; eso es propio de la magia. Así que no es casualidad que muchas empresas y directivos hayan pensado: “Vamos a pensar en cómo, de una forma mágica, podemos presentar nuestro producto, o incentivar a nuestro equipo, o hacer que nuestras ventas crezcan, o conseguir transmitir esa filosofía mágica a nuestros clientes”.

Yo defiendo que grandes empresarios hacen grandes juegos de magia continuamente: sacando su nuevo producto, desviando la atención de lo que no interesa y centrando el foco donde realmente quieren vender o en lo que quieren potenciar en ese momento. La magia y el mundo corporativo van de la mano y son muy poderosos cuando se alían y se crean buenos vínculos.

EB: Como ilusionista, la pandemia ha supuesto para ti un punto de inflexión en cuanto a la reinvención de tu modelo de negocio utilizando las nuevas tecnologías de la comunicación a tu alcance. ¿Qué lección has aprendido en este proceso que podemos aplicar también a la empresa privada turística?

Un negocio como el mío es cero escalable: mi show se basa en que yo esté ahí para hacerlo, en un espacio concreto. Y, de pronto y gracias a las nuevas tecnologías, ese mismo show se puede vender de forma ilimitada al mundo entero. Ahí hay un futuro que estamos descubriendo, explorando, y en el que tenemos pocos límites: si lo hacemos bien, ese show se convierte en escalable, algo que no era posible antes por la limitación del teatro.

La gente se está habituando más a la compra online y a disfrutar ocio online, algo que hasta la pandemia hacían solamente en grandes plataformas de televisión o en eventos deportivos. Poco a poco empieza a haber esa necesidad de disfrutar también de una obra de teatro y de un show desde casa; y sobre todo aprecian mucho que no sea algo improvisado: que tenga una buena producción, que lo puedan disfrutar bien desde casa.


Esto de lo que hablo con Jorge no es otra cosa que la democratización de los eventos a través de una capacidad de accesibilidad que no teníamos hasta este momento. Y no hablo solo del mundo del espectáculo: los grandes eventos profesionales de mi sector, del turismo y la hospitalidad, van a empezar a funcionar en este formato más híbrido que permite que participe cualquier persona desde cualquier punto del mundo, sin el coste prohibitivo del viaje y el alojamiento que suponía en muchas ocasiones para potenciales asistentes. Pienso que esto va a ayudar mucho a la Humanidad a hacer algo que es necesario para avanzar: compartir conocimiento. Tener más accesibilidad a la información, a información de mucho valor.


EB: Con todo lo que está pasando, necesitamos una buena dosis de ilusión. Es un momento, pienso, para inyectar ilusión, sentido común, criterio, mucha resiliencia… Pero sobre todo, ilusión. En La fuerza de la ilusión, que publicaste hace unos años con Fernando Botella, habláis del ilusionismo empresarial y de cómo pensar como un mago puede ayudar a motivar a equipos de trabajo y a descubrir la excelencia de otra forma. El libro tiene 10 principios mágicos y en algún lugar he leído que hay dos de ellos que son tus favoritos y que yo creo que hoy, en esta incorporación de ilusión que le vamos a echar a la receta de la recuperación, nos vienen muy bien. Uno es “Cree en tu magia” y el otro, “No hay nada imposible”. ¿Cómo aplicamos estos principios al momento actual?

Sin duda, son dos principios básicos de este libro. Como bien decías, la ilusión es lo que nos mueve, es como un motor que nos mueve por dentro, que hace que cada día nos levantemos, que afrontemos nuestros proyectos, nuestra vida. Y claro, los magos somos ilusionistas porque nos dedicamos a generar esa ilusión en nuestros espectadores.

La ilusión es importante que parta de uno y, lo primero – por eso también hablábamos de ello en el libro – es “Cree en tu magia”. Si un mago no cree en los juegos que hace, es imposible que pueda transmitirlos al público. Lo primero que aprendes en magia es que, para poder transmitir esa ilusión o ese efecto espectacular que vas a hacer, tienes que ser el primer sorprendido.

Ahora más que nunca necesitamos creer en nuestra magia, creer en lo que hacemos en cualquier disciplina a la que nos dediquemos. Tú tienes que ser tu primer motor, tu primer ilusionado.

En el libro hay un montón de técnicas e ideas. Comentabas también el “Nada es imposible” y es que, de alguna manera los magos, de tanto creer que no hay nada imposible, acaban haciendo las cosas posibles. A nosotros nos gusta hablar de cosas difíciles, no imposibles. Porque es verdad que el imposible es como que te bloquea: tú hablas de imposible y ya tu mente te dice “no lo puedo intentar”. Si en cambio dices: “Esto es difícil”… bueno. Pues es difícil pero, si fuera fácil, lo harían otros. Mucho mejor pensar que es simplemente difícil. El trabajar con lo imposible hace que vayamos subiendo el listón y haciendo cada vez cosas más sorprendentes. Yo creo que hay que pensar a veces como un mago para que ese imposible se convierta poco a poco en difícil.

Otro de los puntos de este libro es “Practica hasta alcanzar la excelencia”. Un mago tiene el listón muy alto y tiene que dominar la técnica, dominar la comunicación, convencer a su público y llevarle a ese momento de la suspensión de la incredulidad, de lo que decía Arturo Ascani – uno de los grandes magos del siglo XX – que es llevar al público a la “atmósfera mágica”. Es ese momento en el que el espectador no se plantea que haya truco alguno. Ese es nuestro objetivo: llevar al espectador a ese momento de dejarse llevar y fascinarse con lo imposible, y que ni siquiera piense que hay un truco o un secreto; el suspender la incredulidad es lo mas maravilloso de la magia.

Todas esas teorías yo las veo constantemente en el mundo de la empresa. Cuando las empresas consiguen generar no clientes, sino fans, como pasa en el show business, están haciendo magia. Porque un fan perdona cualquier cosa, salvo el aburrimiento. Si te aburres, dejas de ser fan. Si eres fan de algo, lo perdonas prácticamente todo. Y eso es una enseñanza que las empresas deben aprender del mundo del show business: a convertir a sus clientes en fans y en seguidores como tenemos en el mundo del espectáculo, gente que daría lo que fuera por venir a verte, comprar una entrada y verte en directo.

EB: Pensando en mi charla contigo, he seleccionado unos cuantos efectos mágicos, de estos que vosotros ejecutáis tan impecablemente y que fascinan al público, para aterrizarlos del ilusionismo de un mago a lo que le pueden aportar al directivo de una empresa. A una persona que está tomando decisiones. El primero que he escogido es la telepatía, que es un efecto mágico genial porque supone la oportunidad de poder escuchar la cabeza de los otros. ¡La de buenas ideas que debe tener mucha gente y que a veces no comparten! Yo incorporaría la telepatía a la empresa. ¿Cómo lo ves tú?

Totalmente. Sería un súper poder increíble y, de hecho, una de las cosas que aprendes en el show business es precisamente eso, la escucha activa. Juan Tamariz escribió en un libro que se llama Los cinco puntos mágicos la teoría de los ‘hilos invisibles’ y es muy interesante, porque dice que el artista que está en el escenario lanza unos hilos invisibles a cada uno de los espectadores y que esos hilos deben permanecer activos siempre, activos en el sentido de la comunicación con el público. Si se destensan o se rompen, desde el escenario debes tener la capacidad de arreglarlo.

Sin duda, la escucha y el entender bien a las personas es parte de nuestra magia. Es necesaria esa empatía, esa telepatía para entender a tu público y saber convencerlo de cualquier juego de magia de los que hacemos. Y en la empresa, lo mismo. Sí, sería un gran súper poder la telepatía.

EB: Un súper poder que permitiría a un ejecutivo mantener esos hilos tensos con todos sus stakeholders: sus equipos, sus jefes, sus inversores, sus proveedores, sus clientes… Mantener siempre la atención hacia donde tú quieres que vaya. Hay otro súper poder que vosotros utilizáis mucho, que es la persuasión subliminal. Si me lo llevo a mi terreno, al terreno más corporativo, yo lo veo como una herramienta para generar optimismo y para mantener el foco, para poder persuadir de esta forma a todo un equipo a que el foco esté puesto de forma optimista donde tú quieras llevarlo.

Desde luego. Y la inducción subliminal, sin duda: introducir en la mente de nuestros espectadores algunas ideas sin duda es la base de muchos de los juegos de magia que hacemos. Estamos completamente influenciados por lo que conocemos o por las ideas que rondan nuestra mente. Esto lo usamos en magia continuamente y sin duda la inducción subliminal es algo que nos puede ayudar mucho tanto para motivar a nuestros equipos, como para generar un ambiente increíble, como para sorprender a nuestros clientes continuamente y generar la inducción subliminal de las emociones que queramos transmitir a cada equipo. Sin duda sería un súper poder, estoy de acuerdo. Segundo súper poder aceptado (risas).

EB: Venga, vamos a por el tercer súper poder. En un momento de tanta incertidumbre, donde no sabemos lo que va a suceder y todos jugamos con esos tiempos inciertos, la adivinación que practicáis los magos sería para mí el tercer súper poder; nos ayudaría a interpretar la realidad, a analizarla mejor, a interpretar determinados signos y evidencias y, con ello, poder tomar decisiones. ¿Cómo hacéis los magos para adivinarlo todo?

(Risas) La verdad es que jugamos con la percepción de nuestros espectadores y en magia sí que nos aprovechamos mucho de un error que tiene nuestro cerebro y que es que hacemos continuamente errores de predicción. Cuando una persona adulta sale a la calle recibe tal impacto visual, tantos gigas de información, que su cerebro colapsaría si tuviera que procesarlos todos, todo el tiempo.

Entonces, lo que hace es crear predicciones de lo que va a suceder según lo que piensa, por ejemplo: si vas a cruzar la calle, sabes que un coche vendrá por tu izquierda si estás en España, o por tu derecha si estás en Londres. La magia, de alguna manera, juega con crear errores de predicción: tú crees que va a suceder una cosa pero la magia consigue, con técnicas increíbles, que suceda otra.

Es verdad que continuamente nos aprovechamos de los fallos de predicción; por eso es mas difícil hacer magia a niños que a adultos. Normalmente se piensa que la magia es para niños, pero me temo que no, que la magia es para adultos porque esta pensada para romper leyes físicas, para romper leyes racionales que el adulto tiene muy instauradas. Eso nos permite anticiparnos a lo que va a suceder, porque la mente adulta piensa algo y sabe que después va a suceder otra cosa.

El mago se anticipa a esa adivinación y esa habilidad sería increíble tenerla en la empresa. Por eso un niño ve la realidad en detalle, ve cada pequeña cosa y, al final, tiene la sensación de que su día es más largo, porque analiza la información con mucha mas precisión que un adulto que, en cambio, pasa por alto muchas cosas porque ha aprendido a predecir lo que va a suceder. Sí, la anticipación o la adivinación sería el tercer súper poder.

EB: Y luego un cuarto. Y no solo para la vida profesional: yo creo que este cuarto me lo quedo para todo y es eso tan maravilloso que practicaba Houdini: el escapismo. Tener esa capacidad de liberarte de cualquier elemento que te oprima, que te impida el libre movimiento y, ya como algo mucho mas inspiracional, mas holístico, qué maravilloso sería también poder tener esa capacidad de que por mucho que te aten, te encadenen, te pongan candados, te metan en una caja llena, te sumerjan con una piedra, aunque intenten encerrarte… siempre seas capaz de escapar y volver a ser tú mismo. Qué gran poder.

Sin duda. Y eso nos viene muy bien sobre todo para liberarnos de problemas, de la gente tóxica, que existe, de malas alianzas, de un montón de cosas que pueden frenar tu crecimiento. El escapismo es algo muy positivo en el mundo empresarial, y yo creo que puede surgir un nuevo libro de estos nuevos súper poderes, así que podemos crear una nueva alianza aquí entre tu y yo (risas).

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