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D*NA Denia: Una gran idea, 8 chefs internacionales y un fin de semana en 26 imágenes

La gastronomía une pueblos y culturas, es generadora de creatividad e intercambio entre civilizaciones, punto de encuentro, de disfrute, de colaboración y de energía positiva.

La gastronomía como punto de partida de un discurso global, humano, empático, transgresor y solidario.

La gastronomía como ADN.

 

Con esta filosofía, Denia acogía el fin de semana pasado el primer Festival Gastronómico D*NA, una idea original de Quique Dacosta (comisario gastro del Festival) que convirtió el Paseo de la Marina Cassiana de Denia en el epicentro del buen rollo gastro. Con “tranquilidad y buenos alimentos”. En mi página de Facebook ya habrás visto no solo lo bien que lo pasé, sino un avance del desarrollo del evento en forma de vídeos, álbum de fotos y resumen de lo publicado en RRSS.

En el festival, tuve el placer de presentar las intervenciones de cocineros de diferentes ciudades (todas ellas pertenecientes a la Red de Ciudades Creativas UNESCO), que compartieron conocimientos, tradiciones, recetas y su particular visión sobre su propio ADN (DNA) gastronómico. Me acompañaron como speakers en las ponencias y showcooking #Mesa0 los compañeros Antonio Llorens, Cuchita Lluch García y Óscar Carrión.

La idea de este showcooking era ver diferentes “ADNs” creativos, culinarios, culturales… en vivo, de una forma muy cercana al público y con cocineros que son representantes de los valores de las Ciudades Creativas de la UNESCO. Y vaya si los vimos.

 

Desde la Ciudad Creativa de Belém (Brasil) recibimos a la cocinera Ángela Sicilia. Para ella “el alma es parte indisociable del cuerpo y entendemos que “alimentar a las personas” no puede limitarse al plano físico, tan sólo. Por esta razón, nuestra misión es “alimentar física y emocionalmente a todas las personas, por medio de alimentos y entretenimiento sanos, generando prosperidad a todos”. Nuestra filosofía nos garantiza el privilegio de trascender la comida, así como proporcionar e involucrar a nuestros clientes en un ambiente de celebraciones diarias. Creemos en la felicidad que nutre el cuerpo y alimenta el alma”.

El chef Christopher Haatuft llegó para representar a la Ciudad Creativa de Bergen (Noruega). Cocinero autodidacta, socialmente consciente y colaborativo inteligente, durante los quince años que ha estado en la industria alimentaria, la gran agricultura y la acuicultura comercial han sido para él dos fuentes de insatisfacción personal y una importante área en la que pretende afectar el cambio real. Él habla del “enemigo” como responsable de “contaminar nuestros fiordos y uniformar nuestros alimentos”. Abrió su restaurante “Lykeverket”  en 2013. Tiene la intención de crear un eco-sistema económico más progresista y sostenible entre los proveedores que valora. Él lo llama una “economía de circuito cerrado” en la que el comercio es entre “las personas que nos aman y que amamos”.

El 10 de febrero de 2010, la ciudad china de Chengdú se unió a la Red de Ciudades Creativas, convirtiéndose en la segunda Ciudad de la UNESCO de la Gastronomía. Desde Chengdú llegó al D*NA el chef Kai Li, quien nos mostró en una interesante sesión la característica más destacada de la cocina de Chengdu: la gran variedad de sabores, basada en cinco elementos, a saber: dulce, amargo, ácido, picante y salado.

Cinco son las Ciudades Creativas de la Gastronomía con las que cuenta Brasil. Desde Florianópolis, el chef Pedro Soares llegó con su bagaje gastronómico y también para presentar los proyectos de una ciudad que ve su inclusión en la Red de la UNESCO más como una responsabilidad, sin olvidar que también es un orgullo. A4 Eventos en Gastronomia es además la apuesta profesional de Soares: tres cocineros que, después de algunos años de experiencia como sous chef de algunos chefs renombrados locales y experiencias en el exterior, resuelven unirse y promover vivencias en alta gastronomía, a través de productos de calidad, valorizando a los productores locales, utilizando sus técnicas adquiridas y poniendo un toque especial de amor en lo que hacen.

 

Directamente desde Suecia nos llegó la propuesta de Lena Flaten, representante de la Ciudad Creativa de la Gastronomía de Ostersund. Lena nos habló de “El producto de nuestros bosques, lagos y artesanos y productores locales”. Esta región rural y escasamente poblada de Suecia es apreciada por su cultura gastronómica, que se basa en alimentos sostenibles producidos localmente siguiendo una tradición culinaria duradera. Eldrimmer, el Centro Nacional Sueco de Procesamiento de Alimentos Artesanales de Pequeña Escala, que apoya a los pequeños empresarios y agricultores con orientación, apoyo a la formación y desarrollo de productos, demuestra la importancia de la gastronomía en relación con las industrias creativas.

Enrico Bergonzi y su tortel dols vino para representar a la Ciudad Creativa de la Gastronomía de Parma (Italia) y, también para contarnos una historia familiar, de siglos y de sabores. La historia de la familia Bergonzi, que continuó durante los años la tradición de la hospitalidad y el amor por la buena comida con el restaurante “Marietta” en 1927, “Da Ernesto” en 1962 y, finalmente, con el “Al Vedel” en 1976. “Tradición, calidad e investigación. Esta es nuestra cocina, este es nuestro conocimiento, este es nuestro arte”.

 

Atardeció en la jornada del sábado con una sopa de mariscos del Pacífico Caucano con Carantanta que nos trajo Edgar Simmonds desde la Ciudad Creativa de la Gastronomía de Popayán (Colombia). Popayán tiene el honor de ser la primera ciudad en ser nombrada Ciudad de la Gastronomía de la UNESCO. La ceremonia oficial tuvo lugar el 11 de agosto de 2005. Los ricos platos e ingredientes tradicionales de Popayán hacen de ella una ciudad única con importantes recursos en el campo gastronómico, que le han permitido organizar varios festivales y eventos gastronómicos desde el año 2003.

Y acabamos con una interesante intervención de Marzieh Rahbar, de la Ciudad Creativa de Rasht (Irán) sobre Mirza Ghasemi y el legado de los sabores delicados. La gastronomía en Rasht es, por encima de todo, sinónimo de protección y promoción del patrimonio cultural. A lo largo de generaciones, la cocina Rashti no sólo ha llevado a cabo recetas antiguas, sino también utensilios de cocina y métodos únicos.

 

Pero no todo fue trabajar en el D*NA ¿eh? Aunque todo fue aprender, compartir, reencontrarse, reflexionar, charlar, disfrutar… Te lo cuento en imágenes, que lo vas a ver mucho mejor.

 

 

Aunque ya lo he hecho en mis RRSS, desde aquí solo me queda dar de nuevo las gracias a Quique Dacosta por la idea, por el trabajo, por la invitación y por haber hecho el D*NA posible. La próxima cita será en 2019. Qué larga se nos va a hacer la espera…

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