Estados Unidos seguidos de UK, Italia, España, Canada, Francia y Brasil son los mayores mercado del “Takeaway Food Delivery”. Este sector ha visto incrementar su actividad en los últimos años con la llegada por un lado de grandes operadores y por el otro, un aumento en la demanda.
En una época en la que a primera vista, parece que el amor por la comida y la cocina es mayor que nunca, parece contradictorio que se pida tanta comida a domicilio.
La crisis vivida en los últimos años ha llevado al consumidor a reducir el gasto fuera de casa, buscando alternativas más económicas. Este factor influyó tremendamente en el aumento del delivery, y muchos restaurantes y cadenas de restaurante han tomado la iniciativa de facilitar este consumo facilitando el acceso al servicio a través de sus páginas web.
La mayoría de los restaurantes, firman acuerdos/contratos con estos operadores que funcionan como “transportistas” de comida, cobradores del servicio y pagadores de la comisión al restaurante y, por supuesto hacen una intensa labor comercial para captar clientes. Son empresas “software-only”.
Cambio de hábitos
El cliente está cambiando su hábito de pedir comida por teléfono por la utilización de las plataformas online, páginas y apps, que ofrecen un gran variedad de tipos de comida, además de puntuaciones y comentarios de otros usuarios y la comodísima forma de pago con tarjeta, lo que ofrece una mejor experiencia al cliente. Esta tendencia coincide con el uso del móvil y las tabletas, casi imprescindibles para cualquier cosa hoy en día. Internet también ha cambiado nuestra manera de comer.
Una nueva forma de comer
La tendencia es el crecimiento, sobre todo en sectores menos tradicionales como es la pizza, y entran en juego las hamburguesas o propuestas más exóticas como la comida japonesa, mexicana o thai, muy atractivas para el comensal y con una dificultad añadida a la hora de cocinarlas en casa.
La batalla del Delivery
En España el gigante Telepizza es la compañía líder, con una agresiva política de promociones y ofertas, seguido del Grupo Zena (Domino´s Pizza). Por otro lado se juega una guerra (de miles de millones) entre empresas que defienden su territorio con uñas y dientes, o con motos y coches en este caso.
Un ejemplo de esta batalla es La Nevera Roja, que fue adquirida en Febrero 2015 por 80 millones de euros por Foodpanda, propiedad del conglomerado de empresas tecnológicas alemán Rocket Internet y tercer operador de Europa en el mercado de comida a domicilio, con presencia en más de 40 países.
En febrero 2015 JustEat se comió por 125 millones de euros, cuatro empresas propiedad de Rocket Internet: La Nevera Roja, Hellofood Brasil, Hellofod México y PizzaBo.
Veremos en los próximos años restaurantes independientes apuntarse al “delivery” con reparto propio o a través de un operador, aunque la fuerza de las grandes cadenas y de las empresas “software-only” es difícil de combatir.
Las grandes ciudades (Nueva York, Londres o Berlín como máximos exponentes) son el campo de batalla de las grandes empresas como los pioneros JustEat, o el recién aterrizado Deliveroo con aportaciones millonarias de capital por parte de fondos de inversión para su crecimiento que disponen de miles de restaurantes adheridos a sus plataformas.
Una oportunidad para tu negocio
Indudablemente hay que entrar en el juego.
Esa nueva ola de clientes llamada “millenials”, con un dedo en el teclado táctil y el ojo en la pantalla, son el target perfecto para empezar a construir una futura clientela llevándoles el restaurante a casa.
Si se opta por un tercero para gestionar el delivery es necesario valorar todas las opciones disponibles con los parámetros de
- calidad (un cliente delivery puede convertirse en un cliente del restaurante si el pedido recibido cubre las expectativas, o puede ser un enemigo en redes sociales con sus críticas si éste no llego como esperaba);
- rentabilidad (el reparto no es gratis y el sobre coste que supone el servicio tiene que estar justificado y contemplado en el precio) y
- prestigio
Si la oferta del restaurante se encuentra en una plataforma con otras tantas, hay que considerar la forma de competir con ellas desde ahí. Proponer una oferta más atractiva que la competencia y establecer un seguimiento de comentarios en la página.
Si la opción es el reparto propio, hay que contemplar cómo incide en el coste final del plato, incorporando los gastos al precio de venta y estudiando bien el mercado potencial.
De una u otra forma, y si la intención es trabajar esta línea de negocio, hay que incorporar en la web todas las facilidades para poder dar un buen servicio (link a las páginas del operador “delivery”, información de los precios y los tiempos y zonas de entrega, la mayor cantidad de formas de contacto para recepcionar los pedidos y una estrategia de promoción clara en redes sociales).
El packaging (envases) deben ser adecuados al tipo de comida que se reparte, que garantice las mejores condiciones de frescura, temperatura y presentación al cliente, incorporando el máximo de branding (marca) del restaurante para que también se conviertan en un soporte de promoción del restaurante.
Por último, hay que diseñar la operativa sin dejar nada al azar y formar al equipo para que pueda atender de forma eficaz los pedidos online-offline y contar con un seguimiento para asegurar que el servicio cumple las expectativas de cliente y detectar posibles fallos.
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